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Palabras prohibidas en boca de niños

Capítulo 1: Los mitos y los cuentos populares

Si empezara a explicar la evolución de los cuentos a partir de la aparición del libro, estaría dejando de lado una interesante parte de la historia, es decir, para poder hacer un sincero análisis, debemos remontarnos a los tiempos donde las historias se transmitían por medio de la tradición oral. Ello parece razonable dado que los primeros contactos de los niños con los cuentos se dan a través de la palabra.

Desde hace miles de años, la humanidad ha usado la palabra como vehiculo para transmitir historias, con el fin de buscar una explicación al sentido de su existencia y la relación con la naturaleza.

De esta forma fue como surgieron los mitos. Un mito posee una serie de características:

- Cuenta la actuación de personajes memorables para explicar el mundo.
- Da una historia del origen de las divinidades (Teogonía).
- Da sentido a algunas instituciones y el más allá.

Es por estas características que los mitos han perdurado en el tiempo, el ser humano siempre se ha realizado de forma individual preguntas existenciales. ¿Para que he venido al mundo? ¿Existe algo después de la muerte? ¿Por qué somos lo que somos?

Estas preguntas que todos nos realizamos en algún momento, fueron las que propiciaron que los mitos no se perdieran en el tiempo, transmitidos oralmente de un padre a un hijo, escuchados por famosos recitadores, rapsodas y poetas, la propia curiosidad humana los mantuvo como parte de su elenco cultural a lo largo de la historia, siendo recopilados con el tiempo en escritos.

Pero en el paso de la transmisión de un padre o abuelo a un niño, la narración resumida y reducida, seleccionando aspectos más interesantes para los jóvenes, fue lo que dio lugar a lo que comúnmente se le conoce bajo en nombre de “Cuentos populares”.

En esta versión reducida de los mitos, se perdían los elementos religiosos así como se potenciaban la acción y las aventuras. Los personajes dejan de ser aquellos héroes con poderes sobrehumanos sino personas casi reales, con quien uno se puede identificar, y narrados por gente común.

Incluían mensajes profundos sobre la vida y el comportamiento, predominando el triunfo de lo pequeño, del más débil, utilizando una gran variedad de temas: anecdóticos, burlescos, maravillosos, fábulas, leyendas, hechos sobrenaturales y reales.

Los más antiguos vienen de Egipto y la India (cinco siglos antes de la era cristiana). Cuentos morales, parábolas denominadas “jakatas”, refranes, leyendas y máximas orientales. Se expandieron por todo Oriente y llegaron a Grecia, donde un fabulista llamado Esopo (S.VI a.de C.) los difundió. Esta expansión de los cuentos fue pasando por los países árabes hasta llegar a España. En la Edad Media, gracias a los peregrinos y a las cruzadas se extendieron por todo el mundo.

Aun no podemos decir que existiera una literatura puramente infantil, pero puesto que en aquellos años los niños de cinco años se consideraban adultos, se cree que participaban en todas las actividades sociales, entre ellas, la transmisión de todo ese elenco cultural conocido como la tradición oral.

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