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Palabras prohibidas en boca de niños

Leo-Leo

- Leo-Leo
- ¿Qué lees?
- Un cuentito
- ¿Y que cuentito es?
- Uno que va de un fantasma que se pone triste cuando la dueña de la casa donde vive le escribe una carta.
- ¿Qué?
- Tienes que saber cual es, alguna vez te lo he contado Mintia.
- Déjame pensar… ¿porqué le escribe la carta?
- Porque está harta de no poder dormir por culpa del fantasma.
- Pero un solo fantasma no hace mucho ruido.
- Este si.
- ¿por qué?
- Porque así lo dice el cuento…
- Así que si lo dice el cuento, no tengo razón. ¿verdad renacuajo?
- Exacto, un cuento es eso… una historia que se cuenta y que solo puede ser como está escrita en el libro, no como tu dices.
- ¿Y por qué no?
- Si se pudiera cambiar la historia, “Gato-Miau” no sería tan cobarde.
- ¿Y ahora de que hablas?
- Gato-Miau, mi héroe favorito.
- Ah es verdad… Gato-Miau!! Donde quiera que haya un buen plato de comida, ahí está el para rellenarse la barriga!!
- No te metas con el, el pobre está arto de esas bolitas duras y secas que le dan sus amos.
- Ese gato lo único que tiene de especial es una barriga bien grandota.
- Mintia, si conocieras a Gato-Miau como lo conozco yo, sabrías que dentro de esa gran barriga se esconde un gran corazón.
- Como siempre consigues despistarme con tus historias… ¿No estábamos hablando de cuentos?
- Pensaba que estaba claro que no puedes cambiar un cuento.
- Pues no esta claro, en esta casa YO siempre tendré la razón.
- Ya empezamos…
- Mira, el cuento se creó para que la gran Mintia pudiera cambiarlo a su gusto, sino no tendría sentido que existan los cuentos.
- En mi casa los cuentos son siempre iguales, cada palabra es siempre la misma, y sino te lo crees, ven a mi casa el próximo día, que le pediré a mi papá que nos lea el cuento de Gato-Miau…
- Mejor ven tú a la mía, que prefiero contarte mis historias sin que me interrumpas todo el rato… además…Gato-Miau no me gusta, es muy vago.
- Como tu.
- ¿Qué has dicho?
- Que a todos nos gusta dormir, ¿no?
- Mira, prefiero comerme estas galletas que ha hecho mi abuelita yo sola, que compartirlas con alguien que piensa que los cuentos no pueden ser como yo diga.
- De acuerdo, tienes toda la razón, pero por favor no te comas todas las galletas.
- Matilda y el fantasma!! Matilda y el fantasma!! El cuento se llama Matilda y el fantasma!!
- Muy bien Mintia!! Que inteligente y buena que eres…
- Ya lo sé, tienes mucha suerte de estar conmigo, anda, toma una galleta y vamos a mirar un cuento que me han comprado mis papás hace unos días.
- Vale… mmmm que rica está esta galleta.
- Eso es porque mi abuelita hace un hechizo para que sean las galletas más sabrosas del mundo.
- Tu abuelita no es una hechicera , es una buena cocinera.
- Devuélveme la galleta.
- Ahora que lo pienso, seguro que es una hechicera, no se como no lo había pensado antes…
- Anda vamos a por el cuento…

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