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Palabras prohibidas en boca de niños

Secretos

- Mintia, ¿si te cuento una cosa no se lo dices a nadie?
- ¿Qué te ha pasado? ¿has vuelto a mearte en la cama? No pienso limpiar tus “cositas” si es lo que quieres…
- No es eso… es mucho peor… en serio Mintia, me siento muy mal.
- Anda pequeñajo, ven junto a tu mejor amiga y cuéntale que te pasa.
- Sucedió todo muy rápido, estaba sentado junto a la puerta de mi casita jugando con mi perro y de repente apareció.
- El monstruo de las galletas!!!! Sabía que existía!!!
- No Mintia… no me escuchas o no quieres escucharme… te digo que es horrible.
- Anda va, cuéntamelo todo de una sola frase.
- Vale. Apareció una ranita linda, con ojos grandes y un “Croac” muy divertido, estuve jugando con ella y pensé que sería buena idea presentarle a mi perrito para jugar los tres juntos.
- No hace falta que sigas… ya me imagino el final…
- ¿Cómo pudo hacerlo? Ahora veo a mi perro y me dan ganas de gritarle!!! ¿Cómo pudo ser tan malo?
- Pero Ciro cariño, los animales no se preocupan por esas cosas, o les caes bien o mal, no conocemos el idioma de los perros para advertirles de que lo que tienes entre las manos es un amigo en lugar de su almuerzo.
- Pues mi perrito debe saber lo que ha hecho, porque se va corriendo cuando salgo al jardín.
- Porque tiene su corazoncito como todos, seguro que está triste al verte así y tiene miedo de que le vuelvas a gritar.
- ¿De verdad? No quiero que mi perrito me tenga miedo, pero estoy enfadado, Mintia… ¿qué piensas que pasa después de la muerte?
- Muy sencillo, nos dividimos en cosas pequeñitas que se acaban comiendo los gusanos.
- Pienso que después de cerrar los ojitos, todas las cosas buenas y malas que nos han pasado en la vida se convierten en energía. Energía que viaja por la tierra a donde la necesitan, y cuando encuentran la forma de ayudar en algo, se introducen en la vida de las personas y les ayuda.
- ¿Energia? ¿Así que nos convertimos en la luz que tengo para dormir? No es un bonito final…
- Tampoco lo es que te coman los gusanos… un momento… Duermes con luz!!! JAJAAJAJAJA
- Mocoso como te vuelva a escuchar decir esas palabras en mi presencia te voy a convertir en luz para mi lamparita…
- Jajajajaja si no me parece mal, solo que pensaba que la gran Mintia no temía a nada, pero ahora veo que eres más normal, y me gusta.
- Este será nuestro secretito, no le diré a nadie lo que le pasó a la ranita, y tu no le dirás a nadie lo de mi lucecita, ¿de acuerdo Chiquitín?
- Vale, pero prométeme una cosa
- ¿El qué?
- Cuando te conviertas en luz, espérame a que llegue el día en que podamos ir juntos a buscar la persona indicada para que reciba nuestra energía, no podría hacer eso sin ti.
- Ciro, calla…
- Dame un abrazo… y sécate los ojos…
- Mocoso…

Fantasmas...

- Con tanta oscuridad Mintia, me da miedo estar debajo de la mesa.
- Calla y escúchame, pues la historia que voy a contarte habla de un misterio sin resolver…
- Si empiezas así vas a darme más miedo todavía.
- Shh!! Todo comenzó en lo alto de un castillo, donde nadie se atrevía a subir. Decían los dueños que se escuchaban ruidos de cadenas por las noches, golpeando los escalones que descendían hasta el segundo piso. Luego los ruidos iban acercándose lentamente a las habitaciones, y se quedaban dando golpes a la puerta durante la noche.
- Mintia… para si no quieres que me ponga a gritar…
- Un buen día… las cadenas comenzaron a escucharse más fuertes que de costumbre…bajaban rápidamente por la escalera de caracol hasta llegar como siempre al segundo piso, solo que esta vez no llegaron a la habitación de los padres… los gritos de sus hijos lo explicaban todo, les habían raptado.
- ¿Y que paso?
- Los padres no pudieron mover ni un solo dedo, porque mientras escuchaban los gritos, la sabana con la que dormían se levantó en el aire y se transformó en un fantasma siniestro, con enormes ojos y una voz que no dejaba de aullar.
- Pero solo aúllan los perros Mintia… además los fantasmas tienen telas antiguas de cientos de años, una sabana de la cama… me parece muy poco sofisticado para un fantasma, seguro que era una broma que le estaban gastando algunas personas del pueblo.
- No me has dejado terminar mocoso!!
- A ver…
- Dicen que cuando consiguieron subir a lo alto de la torre, en la pared habían unas marcas donde se reflejaban las caras de los niños… y lo peor, es que esas caras, estaban llenas de miedo!!!
- Jajajajajaja!!!
- ¿y ahora porque te ríes?
- Mintia, quien te haya contado esa historia… deja mucho que desear. Para empezar, ¿Por qué no subían a la torre si era su castillo? Hay que saber con que fantasmas se viven, además, ¿no crees que a lo mejor los niños querían irse de casa y se inventaron toda esa historia de cadenas y gritos? Seguro que eran unos papás muy malos y no querían vivir con ellos.
- O a lo mejor querían irse de aventuras.
- Lo que no me has dicho es si aparecieron los niños.
- Ya te he dicho antes que es un misterio.
- Así que los niños consiguieron irse de aventuras!!! Algún día tenemos que irnos juntos en busca de alguna historia para contar después a la familia.
- Siempre y cuando no se convierta en un misterio.
- ¿Por qué?
- Porque entonces desapareceremos y no volveremos a ver a nuestros papás…
- A no… eso no… mejor seguimos inventando historias debajo de la mesa, que acabar como un dibujo en la pared.
- Si, mejor escuchar mi dulce voz que acabar en la pared.
- Por cierto, no me has dicho que es un misterio…
- Ya te lo contaré otro día, anda vamos a buscar a tu perrito, y pongámosle una manta por encima y pintemos en la pared nuestras caras, seguro que a tus papás les da un susto muy grande.
- Sobre todo cuando vean que los únicos colores que tengo en el cuarto, no se van de la pared…

Mirarse el ombligo

Mirarse el ombligo

- El otro día estaba leyendo un cuento que hablaba de un lobo que para comerse a tres cerditos, primero tenía que tirar tres casas, construidas cada una de materiales distintos.
- ¿Te refieres al lobo y los tres cerditos?
- Si, ese… no me ha gustado nada.
- Pero si es uno de los cuentos más conocidos por todo el mundo. Además, tú no sabes leer…
- Ya… me lo ha leído mi padre mientras yo miraba las palabras.
- ¿Y se puede saber que es lo que no te ha gustado?
- Muchas cosas… primero, apostaría todos mis juguetes a que ese lobo es incapaz de tirar la casa de paja, por no hablar de la de madera. Segundo, ¿de verdad crees que va a subir al tejado para bajar por la chimenea de la casa de ladrillos?, en cuanto se asomase, vería que hay un fuego encendido y no se le ocurriría meter su hocico. Y por último, ¿es que la casa no tiene ventanas? Vaya casa más fea que se han construido, no da lugar a la imaginación Mintia.
- Pues me parece que da lugar a mucha, porque sino, no me estarías contando todas estas cosas que solo te hacen enfadar a ti.
- En fin, yo solo digo que podrían hacer cuentos más reales, o que en lugar de un lobo, sea un superlobo, que entonces si que me creo que sea capaz de tirar la casa de paja con sus superpulmones.
- Pero si hubiera un superlobo, tendrían que haber supercerditos. El problema es que en lugar de construirse cada uno una casita, iniciarían una batalla contra el superlobo, acabando con el en poco tiempo.
- Normal… tres contra uno… eso es de cobardes.
- No, de inteligentes, ¿acaso tú no lo harías?
- Si fuera un personaje de un cuento, haría las cosas yo solo, ¿no se trata de valerse por si mismo sin tener en cuenta tu procedencia?
- Pero un supercerdito no puede ganar a un superlobo, sino no habría cuento, tiene que ser más débil.
- Yo estaba hablando ahora de mi, no de un supercerdito. Yo solo me basto para ganar a un superolobo y cien como el!!!
- Este tema ya me aburre!!! Hablemos de otra cosa…
- ¿Porqué?
- Porque cuando empiezas a hablar de tus superpoderes me aburro mucho.
- Siempre que hablamos de mi, te enfadas. ¿sabes porque? Nunca miras dentro de los demás, solo llegas a mirarte el ombligo.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que nunca podrás disfrutar de mis superpoderes hasta que no descubras qué llevo dentro. ¿sabes porque puedo escucharte durante horas y no aburrirme en absoluto?
- ¿Por qué mis historias son muy buenas?
- Porque se como eres por dentro y no podría enfadarme con mi mejor amiga, eso es algo que aun tienes que aprender, pero te entiendo, mi mamá dice que aun no has pasado esa etapa.
- ¿Qué etapa?
- En la que solo puedes mirarte el ombligo.
- Pero si no lo hago!!!
- Tú ya me entiendes…
- No, no te entiendo, así que ya me lo estás explicando o te hago cosquillas.
- Verás… es que en realidad… yo tampoco lo entiendo muy bien…pero es algo que dijo un día mi mamá y quería aparentar que sabía de lo que hablaba. No entiendo muy bien que significa eso de mirarse el ombligo.
- JAJAJAJAJAJAJA!!!! Ciro, hoy has conseguido hacerme reír, te mereces un helado.
- SI!!! ¿Tu mamá ha comprado helado? Yupiiiii
- Vamos a comernos un poco de frío helado de chocolate mientras nos miramos el ombligo viendo un rato la tele, ¿te parece?
- Si mirarse el ombligo significa lo que yo creo que es, acabas de dejar de mirarlo y has levantado un poquito la cabeza.
- ¿Qué?
- Tu ya me entiendes… jajajajaja
- Como te coja!!!!

De mayor quiero hacer...

- Ciro, ¿Qué es lo que te gustaría hacer de mayor?
- Me gustaría pasarme la vida tumbado en el césped mirando el cielo, ver pasar los pajaritos y mirar como se hace de noche cada día.
- ¿Me quieres decir que eso es lo que más te gustaría hacer?
- De momento si.
- Si no tienes una preferencia en esta vida, cuando te hagas mayor no sabrás a donde ir ni con quien.
- ¿Tenemos que ir con alguien cuando seamos mayores para hacer lo que queremos?
- Supongo, casi todas las cosas que se hacen en esta vida, se hacen con alguien: jugar, comer, ir al cine, ir a clase, bailar, ver la televisión…
- ¿ver la televisión?
- Que pasa enano!! Me gusta ver los programas acompañada, porque así comento lo que quiero mientras suenan los anuncios.
- A mí no me importa ver la televisión siempre y cuando sean dibujos y mi madre esté bien cerquita.
- A ti lo que te pasa es que eres un miedoso.
- Y tu una egocéntrica
- ¿Qué has dicho?
- Que me pasaría la vida mirando el cielo…
- ¿Y cómo piensas trabajar?
- Pues me compraré la casa con el jardín más bonito del mundo, y pediré dinero a la gente por venir a tumbarse conmigo a ver el cielo en mi jardín.
- Definitivamente te estás volviendo cada día un poco más loco…
- Me conformo con cosas sencillas
- Simplemente prefieres descansar a trabajar.
- Cuando aprenda a escribir y a pintar, seguro que quiero trabajar de alguna cosa, pero es que me lo estás preguntando muy pronto, ¿no crees?
- Nunca se es pronto para saber lo que uno quiere, mejor que te vayas haciendo a la idea, vas a trabajar…
- ¿y podré trabajar de marinero?
- ¿para que quieres ser marinero?
- Para buscar tesoros perdidos!!!
- Ciro, búscate un trabajo más normal…
- ¿ser pirata es malo?
- Siempre y cuando robes a los que no tienen dinero… si te haces pirata, róbales solo a los barcos que tengan mucho dinero, así harás algo importante.
- ¿el que?
- Repartir las riquezas
- ¿a quién?
- A tu buena amiga Mintia, quien va a ser…
- Entonces prefiero mirar las estrellas, no me gusta hacer el trabajo y luego quedarme sin el dinero.
- Bueno, una parte te la daría a ti, la suficiente para que puedas mirar el cielo cuando quieras.
- Prefiero no tener dinero y mirar las estrellas que trabajar para ti…
- ¿Y cómo vas a mirar las estrellas si no tienes tu jardín para tumbarte?
- Lo bueno de las estrellas, es que siempre están ahí, estés donde estés, así que por muy poco dinero que tenga, siempre tendré un lugar desde donde mirar las estrellas.
- Lo que te decía, prefieres descansar a trabajar…
- Descansar, si, pero sin tener un jefe que me quite lo que he ganado con mi esfuerzo, eso sería una cosa de locos

Colores

- ¿Puedo decirte algo Mintia?
- Depende… ¿es malo para mi?
- Un poco si…
- ¿Qué?!! Dimelo!!
- Estaba jugando con tu perrito de peluche y sin querer le he arrancado una oreja…
- ¿y se puede saber que has hecho para dejar medio sordo a mi Rodolfo? Mas te vale que sea algo importante si no quieres quedarte sin tu oreja…
- Verás… estaba haciendo un experimento, ayer estaba pensando que los peluches tienen que tener alma, como los humanos y los animales, así que pensaba que si le hacía un agujero a un peluche, vería si tiene alma o no la tiene.
- ¿Estás loco?!!! Además, el alma es algo que no se ve, está ahí dentro de nosotros, pero no se ve…
- Yo estoy seguro de que se ve, mi papá me dijo el otro día que los que hacían las guerras tienen el “alma negra”, así que nosotros que somos buenos, debemos tenerla blanca.
- Pero si tuviéramos el alma de colores, de algún modo podríamos verlo y no habrían tantos problemas. Imagínate, los de color blanco irían todos juntos, los de color negro también, y así con todos los colores.
- Te equivocas, si cada color solo fuera con el suyo, los de un color se meterían con el otro y se iniciaría una guerra de colores, creo que es mejor que estemos todos mezclados.
- Pues si piensas que es mejor así, ¿no crees que es mejor no saber de que color es cada uno?, porque así es cuestión de conocer mucho a la gente para saber de que color son.
- Ahora que lo dices, tienes razón, mejor no saber de que color es cada uno, seguro que más de una vez nos llevaríamos un disgusto…
- ¡¡¡Siempre consigues despistarme¡¡¡ Aun no me has dicho como “sin querer” me has roto a mi Rodolfo…
- Veras… cogí las tijeras que tenía tu mamá en el salón y me acerqué por detrás, por si Rodolfo realmente tenía alma y me veía… cuando llegó el momento… ZAS!!! Le corte la puntita de la oreja y apunté mi ojo hacia el interior del agujero.
- ¿y? no dejes la historia a medias, confiesa!!
- Pues que lo veía todo negro Mintia, todo negro!!! ¿Cómo no iba a castigar a Rodolfo si era negro? Entonces lleno de rabia y sin pensarlo… le corté la oreja entera, como castigo por tener un alma negra, pero ahora me sabe mal…
- ¿A que adivino porque?
- Cuando le corté la oreja, pude ver que por dentro estaba relleno de algo blanco… el agujero era tan pequeño que no tenía suficiente luz y no pude ver el interior, Rodolfo no se merece tener media oreja…
- Media no, una. Que tenía dos… aun tienes mucho que aprender mi pequeño Ciro, espero que todo lo que ha pasado hoy te sirva para aprender una gran lección.
- Mmmm… si me lo explicas creo que entenderé mejor lo que quieres decir.
- Primero, nunca más vuelvas a intentar “experimentar” con mis muñecos a no ser que quieras morir, segundo, antes de mirar dentro de alguien, espera a que se encienda una luz, y último, mejor que no sepamos de que color es cada uno, porque sino ya sabes lo que pasa…
- Guerra de colores!!!!
- Exacto, así que no trates de cortar la oreja más bonita del mundo a tu buena amiga Mintia, porque no conseguirás nada bueno. Anda, vamos a decirle a mi madre que junte la oreja que has cortado con mi Rodolfo, que más de una vez he roto yo también algún peluche…
- ¿Y no te enfadas conmigo?
- No mucho, no me acordaba ni de que lo tenía, tengo tantos…
- ¿Sabes? Creo que cada uno tenemos un alma, pero que cambia de color constantemente, hay días en los que estoy seguro de que tu debes tenerla negra, pero en cambio, días como hoy tienes que tenerla blanca como la nieve.
- Prefiero pensar que has dicho algo bonito…
- Y lo he dicho…

El planeta Risión

- El otro día pasó un coche por la calle donde sonaba una música muy rara.
- ¿Ya estás diciendo tonterías Ciro? A ver… ¿cómo era la música?
- Sonaba sin parar una especie de PUM-PUM, como si fueran latidos del corazón que a veces se aceleran o deceleran.
- Nunca he oído eso… pero estoy segura de que es música para robots.
- ¿Cómo? ¿Quieres decir que los robots saben bailar?
- Pues claro, ¿es que nunca has visto uno? Se mueven como marionetas, dan pequeños pasos y mueven los brazos y las piernas al mismo ritmo que la música.
- Si no lo hicieran al mismo ritmo no estarían bailando.
- Mira, cuando crezcas un poco, sabrás que no es necesario moverse al mismo ritmo.
- Eso lo dices porque tu no sabes bailar muy bien…
- ¿qué dices mocoso?
- Nada, solo digo que los robots escuchan una música muy aburrida, me gustan más las canciones lentas y tranquilas.
- Eso es porque eres un soñador y te pasarías el día entero tumbado en la cama pensando tus cosas.
- ¿Qué tiene que ver que me guste soñar con la música?
- Cada persona es de una forma y por ese motivo escucha una música u otra.
- Woow!! Entonces existe una música para cada persona de este planeta.
- Y mucha mas, porque piensa que los robots tienen música para ellos y no viene de este planeta, sino del planeta Robotrón, donde la música les divierte un montón.
- ¿crees que los pájaros tienen música para ellos?
- ¿Acaso no escuchas cuando hablan? Se pasan el día cantando.
- Sería increíble poder volar mientras escuchas música.
- Mi papá dice que la música te hace volar.
- ¿De verdad? Pero tiene que ser una música concreta, porque yo escucho mucha música y no puedo volar.
- Eso es porque no lo has intentado, la próxima vez que escuches música, intenta saltar de la cama y verás como antes de tocar el suelo estás volando.
- Lo probaré, pero estoy seguro de que para volar tiene que ser una música concreta, no creo que con ese PUM-PUM se pueda volar…
- En fin… a mi la música que más me gusta es la que hago yo.
- ¿tú? Jajajajajaj!!! ¿desde cuando sabes hacer música?
- Desde que aprendí a tocar el barrigón. Mira que fácil es hacer música.
- Para!! No!! Ajajajajaa! No sigas!!! Jajajajaja!
- ¿Lo ves?, tocándote la barriga te pones a cantar.
- A cantar no, a reírme.
- En el planeta Risión hacen música justo como yo lo he hecho, ellos me enseñaron.
- ¿Conoces a los habitantes de Risión?
- Vinieron un día a cenar a mi casa unos señores que no dejaban de reírse y me enseñaron a tocar así.
- Conoces a gente muy rara… ¿no serás de otro planeta?
- Algún día te diré la verdad acerca de donde vengo, por el momento no te hace falta, además me sirves para realizar mis experimentos y practicar mi música.
- Siempre y cuando no me mates de risa…
- Eso lo veremos!!!
- No!! Jajajajaja!! Para!!! JAJAJAJA!!!
- Ya lo voy perfeccionando, a este paso podré dar un concierto. Si te portas bien, te dejaré ser mi instrumento.
- ¿Y a quien vas a dedicarle las canciones?
- ¿a quién? A Mintia, la reina en el arte de tocar el barrigón…

Vigilantes nocturnos

Vigilantes nocturnos

- He leído en un libro de cuentos, que los barcos se guían por la noche gracias a un faro gigante que hay en la playa.
- ¿Qué es un faro?
- Una torre muy alta donde en lo más alto de todo, encienden un fuego que ilumina a los barcos para que no se choquen contra la playa.
- ¿y porqué no lo vemos nosotros si vivimos cerca de la playa?
- ¿Alguna vez te has levantado por la noche para ver si está encendido?
- Tienes razón, esta noche intentaré no dormirme para verlo.
- Eres un dormilón, así que seguro que pasarán los años y seguirás sin comprobarlo.
- Pero no lo entiendo, un solo faro para todos los países es poquito, solo sirve para que no se choquen contra nuestra playa.
- Entonces todos los países deben de tener uno.
- Pero uno sigue siendo poco, porque con uno te aseguras de que no choquen contra una playa, pero existen muchas playas.
- Pues entonces ha de haber muchos, porque sino no tendría sentido que hicieran uno solo, porque la gente protestaría por no tener uno en su playa favorita.
- Además, si hace mucho viento el fuego se apaga, o si llueve…
- Bobo, en lo alto de la torre el fuego está dentro, con paredes de cristal.
- Pero si esta cerrado, el fuego se apaga.
- Pues tendrá rendijas.
- Y si hay rendijas, el aire lo puede apagar.
- Pero son rendijas muy pequeñas!!
- ¿cuánto de pequeñas?
- Como un dedo mío.
- ¿Y cuando vinieron a tu casa a medirte el dedo?
- Mi mamá me contó que cuando nací midieron mi dedo y desde entonces, todos los faros tienen rendijas tan anchas como mi dedo.
- Me estas mintiendo Mintia, te conozco.
- Mira enano!! Si no lo crees ves a verlo con tu mamá que tanto quieres.
- ¿Qué tu no quieres a tu mamá?
- Siempre que me cuide, si.
- ¿acaso no te cuida?
- Eso no te importa!! Además que estamos hablando de los faros y me sales con que si quiero a mi mamá… no se puede hablar contigo, hablamos de juguetes y me sales con cuchillos.
- ¿Cuándo hemos hablado de cuchillos?
- Mira, mejor no hablemos de nada, ya se me han quitado las ganas de ver un faro.
- Pues yo pienso ir a ver uno, ahora que me lo has explicado, me gustaría ir una noche y quedarme vigilando los barcos, y estar calentito cerca del fuego.
- Pero el fuego es tan grande que te quemarías.
- Bueno, siempre se puede hacer un fuego más pequeño junto al faro.
- Tienes soluciones siempre para todo, por eso eres tan feliz, te conformas con muy poco.
- Tu también tienes las soluciones, solo que algunas veces te cuesta admitirlo. Además que no creo que quedarme una noche junto al faro sea quedarme con poco, sino conseguir estar lo mas cerca posible del faro.
- Mira, visto así tiene sentido… si algún día vas, me voy contigo.

Un mundo de locos

- Ciro, ¿sabes lo que es un loco?
- Alguien que hace locuras.
- Pero eso no es saber lo que es un loco…
- Vale, no lo se, pero ahora me lo explicas.
- Un loco es un señor que hace cosas que no son normales.
- Entonces si pongo esta cara tan rara estoy siendo loco, ¿no?
- Bueno, supongo que un poco loco tendrás que ser.
- ¿y si salgo a la calle y me pongo a bailar sin motivo?¿también sería un loco?
- Supongo que si…
- ¿y si…?
- Mira!! Los locos de verdad son aquellos que encierran en un sitio que se llama “loqueros” o algo así dijo mi mamá, le contó a mi papá que llevaron a la vecina hace unos días.
- Woow!!, no sabía que existiera el país de los locos.
- Yo tampoco, y estoy segura de que allí todos son más felices, porque pueden hacer lo que quieran sin que nadie les trate de locos.
- ¿y está muy lejos el país de los locos?
- Creo que no, algo escuché de que estaba cerca de donde vivimos.
- Y nosotros sin saberlo!!!
- Seguro que hay un jefe de los locos que decide quien es el más loco de todos.
- O alomejor hacen un concurso para ver quien es el más loco de todos.
- No creo, entonces lo veríamos en la tele. “Loco show, no se pierda la final, el hombre que se limpia la oreja con el dedo gordo del pié contra la mujer que baila boca abajo”.
- Jajajajajaa!!! Sería muy divertido.
- Pero entonces no serían tan locos porque al verlos los demás, harían más locos a todos, o como todos lo ven, serían menos locos los que están locos, no lo tengo claro…
- Creo que en el fondo estamos todos locos, mi mamá el otro día estaba cantando sola en la cocina y a papá lo vi hablar solo leyendo el periódico, gritando en voz alta palabras que no entiendo muy bien.
- Si, yo también lo pienso, mi mamá le dijo a mi papá que no hacía nada en casa y el le contestó que trabajaba todo el día fuera de ella, ¿cómo va a trabajar en casa si está fuera?, si pudiera ser dos personas al mismo tiempo…
- ¿Quién será el más loco de todo el planeta?
- Eso mismo pensaba esta mañana, así que he decidido convertirme en la mujer más loca del mundo, para poder entrar en el país de los locos y ser la mejor.
- Tú siempre quieres ser la mejor en todo…
- Te equivocas, no quiero ser ni la más tonta, ni la más fea, ni la más repipi, como todo en la vida, siempre hay cosas que uno no quiere ser.
- Se me olvidó añadir, que quieres ser la mejor en todo lo que es bueno, bonito o agradable para uno mismo…
- ¿qué has dicho enano?
- Nada… de vez en cuando todos decimos cosas que nos hacen un poco locos…
- Me alegro de que lo veas justo igual que yo.
- Algún día teníamos que pensar igual, aunque sea porque estamos locos.
- Te lo advierto, no intentes ser más loca que yo porque pienso matarte a base de cosquillas…
- Sería de locos hacer eso…
- Precisamente…

Globos de Agua

- ¿Qué piensas sobre la guerra Mintia?
- ¿Qué que pienso?, que solamente debes hacerla si sabes que vas a ganar.
- Pero nunca sabes el resultado hasta que no terminas…
- Mentira, estoy segura de que los señores de los países de las guerras saben que van a ganar cuando atacan.
- ¿pero cómo? No son adivinos…
- Bueno, imagínate que un día jugamos a la guerra nosotros, como tantas veces hemos hecho. Ahora piensa que en lugar de globos de agua, yo tengo globos de arena…
- Sigo sin ver la diferencia…
- Ciro, a veces me sorprende que no te des cuenta de los detalles. Si tuviera globos de arena, te harían mucho daño al chocar contra tu cuerpo y además te molestaría en los ojos, seguramente acabarías comiendo algo de arena y te rendirías al tercer globazo.
- JA!! ¿Eso es lo que piensas?, primero, a ver como consigues meter arena dentro de un globo sin que te haya tirado primero por lo menos cinco globos de agua, segundo, si te tiro primero los globos, tu arena se convertiría en algo parecido a la “caca”, mucho menos doloroso e imposible de meter en un globo. No tendrías oportunidades, pero si aun así me dieras con uno de tus globos, solo tengo que tirarme uno de agua por encima, ¿o no recuerdas el día que fuimos a la playa?
- ¿Pero no estamos hablando de la guerra?
- Has sido tu la que ha empezado a hablarme de globos, no tengo la culpa.
- Da lo mismo!! Lo que quería decir es que un país que decide atacar a otro, lo hace sabiendo que va a ganar.
- Todavía no tengo claro como lo saben.
- Pues porque tiene mas gente luchando que los enemigos.
- ¿Pero cómo lo saben?
- Porque sino no empezarían una guerra!!!
- ¿Sabes lo que pienso?, que cuando se empieza una guerra, los señores que deciden hacerla no tienen ni idea de quien va a ganar, por eso fabrican tantas bombas y misiles, por eso antes de mandar a las personas a pelearse, envían sus barcos y aviones para jugar a un juego donde ganar es lo sencillo. Si tuvieran que ganarles con globos de arena, te aseguro que aunque fuera el país más pequeño del mundo, perderían.
- Puede que tengas razón, pero todos haríamos lo mismo.
- No, no todos.
- ¿cómo que no? Si fuera gobernadora de un país, que algún día lo seré, lo primero que haría sería construirme un país subterráneo desde donde mandaría todas las órdenes, habría un megáfono en cada casa y todos deberían obedecerme cada vez que sonara mi voz. Y lo segundo que haría sería enviar mucha gente a luchar contra otros, para ganarles y quedarme con sus tierras.
- Si algún día eres gobernadora, recuérdame que me vaya lo más lejos de dondequiera que tú estés, porque no pienso vivir bajo tus órdenes.
- Enano, tú serías el primero en obedecerme, de hecho, vivirías conmigo.
- No, me iría bien lejos para que cuando vinieras a luchar contra mí, tuviera preparados los suficientes globos de agua para ganarte.
- Eso… lo veremos

Los Comunos

- Mintia no sabes lo que me ha pasado!!!
- No me lo digas, has visto mi muñeca!!
- ¿Tu muñeca?
- Entonces no me lo cuentes…
- Estaba con mi mamá en el supermercado y cuando volvíamos en coche hemos pasado por una tienda donde pagas sin salir del coche!!
- ¿Sí?, ¿y porqué mi papá no me ha llevado?
- No lo se, pero escucha, lo mejor es que cuando nos íbamos, de un muñeco gigante ha salido una voz finísima que decía… “gracias por comprar nuestros productos”. Me daba la sensación de que dentro de ese muñeco había alguien…
- ¿No lo sabes? son los “Comunos”, todos los conocen.
- ¿Sí? Lo sabia!! ¿y quienes son?
- Los llaman así porque vienen del planeta Comunia, y son una raza diferente a los humanos, todos se conocen, cuidan unos de otros y además no se trabaja porque la comida les es dada de forma natural y sin necesidad de dedicarle horas al día para poder alimentarse. Todos son felices salvo en un aspecto.
- ¿En cual? Sabes que no me gusta quedarme a medias…
- Pues justamente eso, que no hay trabajo. Todos están hartos de pensar y de hablar, precisamente por eso se conocen, son millones de habitantes pero podrían hablarte de cualquiera de ellos hasta del color de calcetines que les gusta.
- Woow!!! Sabiendo tanto podrían escribir un libro muy gordo.
- Y tan gordo, solo que sería aburrido, porque no hay tantos colores de calcetines como personas en ese planeta, así que repetiría lo mismo en cada hoja. “Cientos de comunos prefieren el color rojo para salir por la noche, miles de comunas prefieren el verde, a juego con el color de su piel”
- ¿Verde? Que divertido, me gustaría ver uno.
- No puedes porque los comunos que vienen a la Tierra, se dedican todo el día a trabajar, como se aburren tanto en su planeta. Por ejemplo, los que trabajan en el muñeco de la tienda de comida, seguramente cada uno se encarga de una parte del muñeco, unos limpian las paredes, otros dicen los mensajes a los que compran, otros atornillan los tornillos y arreglan posibles desarreglos, todos son imprescindibles, así que no tienen tiempo para hablar contigo.
- Bueno, la próxima vez que vaya con mi mamá, estaré atento y aunque no me hablen, les diré algo en voz bajita para que nadie sepa lo que hago, así tal vez me saluden desde dentro.
- Pierdes el tiempo, los comunos tienen mal humor y no saben relacionarse salvo con los de su especie.
- Pues me pintaré de verde!!!
- ¿Cómo vas a pintarte de verde? Si no sabes distinguir ni los colores.
- Bueno, mi madre dice siempre que hay que volver a pintar de verde las ventanas, solo tengo que abrir el único bote de pintura que tenemos en el garaje y pintarme.
- Estás loco…
- Si, pero seré el primer niño del mundo en hablar con los comunos.
- Eso será si no lo hago yo primero…
- ¿Qué?
- Nada, nada…

Liquiodina

- ¿Sabías que los coches utilizan un líquido que se llama gasolina?
- Mi papá lo llama de otro modo, pero no recuerdo bien…
- Me pregunto de donde sacarán la gasolina.
- Mmmm dejame pensar…
- Tu que vas a pensar, si solo sabes decir cosas sin sentido.
- Ya está!! Jajajaa!!
- A ver, sorpréndeme.
- ¿No te has fijado en el nombre?
- ¿Qué tiene de especial enano?
- Pues que son dos palabras, “gas” y “olina”.
- ¿Y que significa olina?
- Es el nombre de una señora, la señora Olina. Es decir que todo el mundo le compra el gas a la señora Olina para fabricarse la gasolina, que curiosamente es líquida.
- Entonces debería de llamarse “liquiodina” y no gasolina, porque entonces te confunde el nombre.
- Siempre es bueno recordarle a la gente de donde vienen las cosas, sino nadie sabría de donde viene ni a donde va.
- ¿acaso sabes a donde vas?
- Si, a decirle a mama que quiero conocer a la señora Olina, ¿quieres venir?
- Te acompaño, pero solo porque si de verdad es cierto, tengo tiempo de ir con mi papá que tiene un coche más rápido y así tendré tiempo de escribir un libro y explicarle a todo el mundo de donde viene la gasolina.
- Que bien!! Pero les dirás a todos que lo descubrí yo ¿verdad Mintia?
- ¿Tú?, enano si escribo un libro, ¿crees que voy a darte el honor a ti?
- Pero entonces dejaremos de ser amigos.
- Mira, tu no sabes escribir, yo si, así que ya estás aprendiendo a escribir antes de que me dé tiempo a terminar mi libro que será muy largo, tendrá unas quince hojas.
- Quien ríe último, ríe mejor.
- Eso es lo que dicen para que los que nunca ríen primero se sientan bien, pero todos sabemos que nos guste o no, reírse el último no tiene gracia porque parece que eres más tonto.
- ¿por qué?
- Porque quiere decir que has sido el ultimo en entender el chiste, la broma o lo que sea.
- Es cierto…
- Bueno, ¿vas a hablar con tu madre?
- Ah si… vamos.

El Hambre en el Mundo

El Hambre en el Mundo

- ¿Cómo puede haber tanta hambre en el mundo si siempre que voy al supermercado hay comida de sobra para todos?
- Muy sencillo, solo tienes que pensar lo difícil que es llevar la comida de un país a otro.
- ¿Pero no hay supermercados en todos los países?
- Eso es un disparate!! Porque entonces nadie pasaría hambre.
- Es cierto… pero sigo sin comprenderlo, un avión podría volar donde no haya supermercados y llevarles comida cada día.
- Pero entonces no habrían tantos aviones para que las personas pudieran volar, porque si hubieran tantos aviones como personas y comida, habrían accidentes y seguro que todos los días veríamos una noticia sobre aviones que chocan en el aire… Bum!!!
- Es verdad, tendrían que hacer un programa solo para los accidentes de avión.
- Claro, y eso cuesta más dinero.
- ¿Y la tierra de esos países donde no hay supermercados, no sirve para hacer comida?
- Supongo que no, porque entonces no estaríamos hablando de que hay hambre en tantos países.
- Pues no entiendo como hay gente que puede vivir en países donde no hay comida y el suelo es feo, mi casa no es muy grande, pero tenemos un jardincito estupendo donde puedo jugar con Bruto.
- Pero no todos tienen un perro, así que no creo que les importe tener un suelo bonito, sino que tienen hambre.
- Pues que vayan a otro país en busca de comida.
- Pero los países son muy grandes.
- ¿y que?
- Si tienen que caminar un año entero para llegar a otro país, antes de llegar se habrían muerto de hambre.
- Es cierto!! ¿y que solución hay?
- Muy fácil, mi papa siempre dice que si hiciéramos algo por los que pasan hambre, el problema se solucionaría.
- ¿y?
- Pues vamos a enviarles una carta con una fruta, para que la rieguen todos los días y crezcan mas frutas, así poco a poco, si todos enviamos una carta, conseguiremos que no pasen hambre.
- Si!! Pero entonces hay que empezar ya mismo, voy a hablar con mi madre y a pedirle que me de un sobre.
- Pero tendrás que comprar un sobre grande para poder meter la fruta.
- Si!! Y voy a enviar más de uno, así puedo meter carne, verduras, arroz y muchas cosas, así no comerán solo frutas que son un poco “sosas”.
- Hayyy Ciro, aun te quedan unos años para saber que la carne o las verduras no crecen si las riegas.
- ¿no? ¿Y como lo hacen?
- Las fabrican en el supermercado, todo el mundo lo sabe.
- Siempre pensé que el supermercado tenía secretos, pero nunca uno tan gordo como ese.
- Menos mal que tienes a tu buena amiga Mintia, que lo sabe todo.
- Si, menos mal…

De exploración...

- Creo que nos hemos perdido- dijo Ciro a su acompañante, tenía los ojos bien abiertos y dudaba del volumen con el que debía dirigirse a Mintia, pues era un lugar muy hostil.
- Echemos un vistazo- le contestó con el ímpetu de quien descubre un nuevo mundo.

Se adentraron en las profundidades de la cueva, lleno de estalagmitas con sus estalactitas, con una oscuridad muy intensa y ruidos que parecían muy lejanos pero que poco a poco se iban acercando.

- Si nos quedamos aquí va a pasar algo malo, volvamos a la entrada y escapemos de este lugar, me produce escalofríos- Ciro como siempre que iban de expedición, estaba temblando de los pies a la cabeza, solo le faltaba ponerse a sudar como de costumbre.
- Solo quiero llegar al fondo, déjame al menos una vez llegar donde nunca nos hemos atrevido a ir por tu culpa.

Dicho esto, Ciro no tuvo más remedio que aceptar su derrota, cuando Mintia se pone así, no hay más remedio que seguirla. Al menos esta vez, no sería el primero en morir, porque siempre le obligaba a ir el primero por si aparecía algún monstruo, esta vez la curiosidad pudo con Mintia y le dio valor para ponerse delante.

- Mira!! Un teroso!! – Delante de ellos, encontraron un baúl cerrado.
- Empujemos la tapa a ver si se abre, ayúdame.- después de hacer fuerza un rato, la tapa al fin cedió.
- ¿ropa? Y encima de mayores… ¿Cómo puede ser que salgamos a explorar otros planetas y que dentro de una cueva misteriosa encontremos ropa de mayores?- dijo Mintia acalorada de encontrarse con esa triste realidad.
- Quizás sea porque estamos en…
- ¡Calla!- Interrumpió repentinamente a Ciro que estaba a punto de decir algo que no debía…- Escucha, se oyen ruidos, escondámonos.

Era cierto, cuando los dos estuvieron bien escondidos entre la ropa del baúl, se decidieron a sacar los ojitos y observar que monstruo horripilante se acercaba.
De repente, una figura monstruosa apareció por la entrada de la cueva, parecía un tigre gigante, fuerte y rápido como el viento, sus ojos oscuros y amenazadores buscaban su presa.

- Shhh, no te muevas ni un centímetro, a no ser que quieras servir de alimento a la bestia.
- Pero Mintia, estamos atrapados, no podemos escapar si sigue en la entrada.
- Esperemos a ver que pasa, estoy seguro de que no se dará cuenta.

Mientras decía eso, los ojos del monstruo se fijaron en el baúl, con un gruñido aterrador se dirigió corriendo hacia ellos, su cuerpo aumentaba de tamaño a medida que se acercaba y ellos no sabían que hacer.

- Corramos!!- dijo Ciro que hacía rato que tenía pánico, saliendo del baúl, sus pies se enredaron con la ropa y no pudo levantarse del suelo. – No!! Ayuda!!- le dijo a Mintia.
- Lo siento, servirás de alimento mientras yo me escapo, cuando vuelva a la tierra diré que fuiste muy valiente al ofrecerte para una muerte digna a cambio de dejar vivir a una mujer tan importante para el mundo como yo. Adiós amigo, nunca te olvidaré.

Mintia salió corriendo mientras la bestia se acercaba rápidamente, solo le quedó tiempo para mirarle a los ojos y ver como abría la mandíbula, tenía unos dientes enormes y una lengua que podría limpiar el suelo de la cocina de su mamá, de tres lenguetazos.

Nooooo!!! Socorro!!! Aaaarrgggg!!! Para!! No me comas!!! Aaajajaajaja!!!! Para!!! No quiero morir jajajajajja!!!

- ¿porqué tienes que reírte siempre al final, justo cuando has de morir?
- Lo siento, jajajaja, es que Bruto tiene la lengua muy grande y me hace cosquillas.
- En fin, dejémoslo para mañana, a ver si conseguimos alcanzar el fondo con la luz apagada.

Dicho esto, la cueva se iluminó y dio paso a la realidad. Volviendo a colocar las cosas en su sitio, cogiendo a Brutus, el perro de Ciro, salieron los tres juntos del armario. Era la hora de la merienda, quizás aun quedaba algún bollo de su abuela, de esos tan ricos rellenos de crema.

Capitulo 3: Inglaterra y el Orbis Sensualium Pictus

Capitulo 3: Inglaterra y el Orbis Sensualium Pictus

En 1658 nace la primera obra con fines pedagógicos, una obra dirigida a los niños llamada Orbis Sensualim Pictus (El mundo en imágenes), donde el autor, Joan Amos Comenius, trata de mostrar el mundo nombrando sus objetos y acompañándolo de pequeños grabados en madera que el mismo elaboró.
En su prólogo indicaba “Las imágenes y la nomenclatura de todas las cosas fundamentales del mundo y de las acciones de la vida”.


El mundo en imágenes se organiza en ciento cincuenta y dos capítulos que dan cuenta de la organización del conocimiento y de la percepción de la realidad de los hombres del siglo XVII. El autor se identificaba con la corriente del realismo, y por ello trata de poner en contacto al lector con la realidad, no solamente mediante las palabras.

Este libro en la actualidad, tiene una consideración enciclopédica, debido a la disposición y planteamiento de la información. También es lógico, dado que es discípulo de uno de los enciclopedistas más reconocidos de Herborn, J. F. Alsted.

Un siglo mas tarde (1724-1779), John Bernhard Basedow influenciado por las ideas pedagógicas de Rousseau, publicó una versión más actualizada llamada Obras Elementales. Era una obra con mayor elaboración e intención pedagógica, así como unos grabados de mayor sofisticación.

Inglaterra se establece en esta época como uno de los países pioneros del género divulgativo:

- Libros sobre animales y plantas (1739; Tomas Boreman)
- Historia de Inglaterra y breve biografía sobre Plutarco (1764; Oliver Goldsmith)
- Lógica pràctica para gente joven que no quiere estudiar (1787; Peter Villaume)

Un mundo maravilloso

Cuentan las leyendas que hace mucho, muchísimo tiempo, existió un dios malvado que intento arruinar la vida en nuestra tierra. Para ello debía destruirse a si mismo, consumir todo su poder en un único acto vengativo y corrupto.

Mientras las cenizas que quedaban del cuerpo divino se desvanecían con el viento, la Luna, grande y redonda como sólo unas pocas veces al año podemos disfrutar, comenzó a dar la vuelta… y la tierra, cambió de rumbo, alejando la luz de su habitual encuentro.
Pero lo que nadie sabía, es que al mismo tiempo en que ocurría esto, un nuevo ser comenzaba a cobrar vida, un ser al que bautizaron bajo el nombre de Ioannem, bendecido por los dioses del bien que le hicieron un regalo…
Le dieron el don de cambiar el mundo solamente una vez, y en su piel comenzó a cobrar forma un símbolo, una luna grande y redonda.

Los campos desaparecieron a nuestros ojos, la distancia se convirtió en un misterio, solo unos pocos afortunados podían abrirse camino entre la absoluta oscuridad.
Al convertirse el mundo en ausencia de luz, resultó que la humanidad entera perdió una cosa… la capacidad de soñar. Al dejar de soñar nuestras mentes sufrían duramente por las noches y poco a poco, la creatividad y el ingenio fueron desapareciendo, borrando a su paso la mayoría de sensaciones que posee todo ser humano.

Ya no se escribían cuentos, no se dibujaban cuadros, ni se inventaban canciones. Todos los recuerdos o momentos maravillosos comenzaron a borrarse de la memoria, la gente se hacía más triste y poco a poco, la tierra se sumió en la soledad.

Al mismo tiempo, toda la energía de la tierra, equilibrada hasta entonces, empezó a cambiar… comenzó a tomar forma y a originar cambios en la superficie de la tierra.
La temperatura descendió, los bosques se marchitaban, la belleza se perdía a cada instante y asolaba a su paso los corazones.

Ioannem fue creciendo y aprendiendo de la miseria de la vida, cuando se nace en un mundo de tristeza, la soledad es la única fuerza que te permite seguir caminando, te aferras a ti mismo y te observas como si fuera a través de un espejo.

Un buen día, su madre le dijo:

- Mi niño, quiero que vayas a buscar algo muy importante para mí, quiero una hoja del último olivo que queda en la tierra y se esconde en el interior del bosque de la luna. Si me la traes puede que consiga salvar el mundo.

Ioannem, que hacía tiempo que dejó de sonreír, logró cambiar su expresión y sentir un brillo de esperanza que le inundó por dentro una sensación extraña pero agradable. Su madre era una importante hechicera y seguramente sabría que hacer con esa hoja. Se despidió de su madre quien comenzaba a derramar una tierna lágrima en su mejilla y salió corriendo montaña arriba hacia su destino.

Al entrar en el bosque, comenzó a sentir miedo, los ruidos extraños no cesaban en hacerle creer que pronto iba a ser engullido por algún ser maligno.

Una voz grave y juguetona surgió de lo alto de un árbol:

- Hay de aquel que se acerque al olivo, solo conseguirá traer la desgracia a los que jueguen con la suerte.
- Vete viejo búho, solo traes palabras de desgracia, yo solo escucho a los que con palabras de amor me aconsejan.

Y siguió su camino, pero de lo que no se daba cuenta, era que tras la conversación, a cada paso que daba una flor crecía de forma espontánea bajo sus pies. De todos los colores más maravillosos que se puedan imaginar, menos mal que no se dio cuenta, sino solo el destino sabe si hubiera seguido caminando.
Seguía sin ver el árbol, pero la paciencia era algo que pese a su tierna edad había desarrollado bastante, así que siguió subiendo.

Detrás de una gran roca, unos ojos acechantes le observaban, la figura ascendió a lo alto de la estructura y se tumbó en toda su magnitud y su pelaje negro, era la pantera más grande que ha existido en la tierra, desde allí le dedicó estas palabras:

- Huye de aquí si no quieres que te coman los animales salvajes, tenemos hambre y muchos dientes que desean clavarse en tu carne.
- Sal de mi vista viejo gatito o haré de ti un chaleco para mi madre, solo escucharé al que con palabras de amor se acerque a mi.

Ioannem comenzó a caminar más deprisa, bien por la amenaza como por el enfado de ver como los propios animales le recomendaban que cesara en su misión, pero no pensaba defraudar a su madre, así que continuó su camino, pero esta vez a cada paso que daba, no solamente florecían las más bellas flores, sino que comenzaba a expandirse desde la planta de sus pies una fina hierba del color más verde jamás visto, que se abría paso entre la oscuridad.

Por fin veía desde la distancia el viejo árbol gigantesco, desde alli se podía ver que era imposible escalar hasta la parte más alta, que eran donde se encontraban las hojas del olivo. Comenzó a venirse abajo, a pensar en todo lo que tendría que hacer hasta lograr alcanzar esa hoja, pero su cabeza le hacía caminar mientras se debatía con estos sentimientos.

La última águila que quedaba en la tierra bajó volando hasta Ioannem y como ya estaba acostumbrado a los sermones, decidió descansar mientras se posaba y le miraba:

- Llevo años viendo toda esta tierra y prefiero la muerte a seguir viviendo aquí, veo que traes la naturaleza en tu seno, sube a mi espalda y te llevaré done anhelas.
- Gracias, pensaba que en este mundo no quedaba amor, pero veo que cuando se tienen alas, es más fácil ver la realidad que uno no se atreve a mirar.

Volaron hasta lo más alto de árbol, en ese momento se dio cuenta de que tenía vértigo, pero por amor a su madre y confiando en cambiar la tierra, consiguió arrancar una ramita del árbol.


En ese instante, el árbol comenzó a florecer, desde sus raíces hasta donde ellos se encontraban, era fascinante ver como en cuestión de segundos brotaban maravillosos tallos, bellísimos juncos y las más tiernas hojas del olivo. El árbol se llenó de colores y olores nuevos para Ioannem:

- ¿Es posible que haya echo esto?- se preguntó el joven niño a sí mismo.
- Poco falta para que entiendas lo que eres mi querido joven, solo falta una pizca de tristeza, sin ella no entenderás en qué consiste la vida.

Dicho esto el águila voló lo más rápido que pudo, atravesó todo el bosque mientras Ioannem devoraba con la mirada los cambios que se habían producido en la tierra.
Su madre le esperaba junto al altar donde solía mezclar distintos elementos para crear pociones curativas para su pueblo, una sonrisa tierna y empapada en lágrimas sorprendió al niño que tan alegremente se acercaba a ella.
Le entregó la ramita de olivo, pero justo en el mismo instante en que se producía el cambio de manos, la madre de Ioannem perdió la vida.
Ante los ojos abiertos de su hijo, el cuerpo se dejó caer débilmente, buscando su espacio sepulcral junto al altar de la curación. Los ojos llenos de lágrimas que no querían salir, la boca abierta sin emitir sonido alguno, paralizado hasta los pelos del cabello…

- Por fin sabes tu destino Ioannem, eres el ser que otorga y quita la vida, solo tu cambiarás el mundo, en tus manos está cambiar las cosas, pero… ¿Cómo? Cuando la angustia te corroe es difícil ver el camino, ahora solo te queda pensar.

El águila dio la vuelta y desapareció. En medio de la nada, con su pobre madre muerta, se encontró tan solo como nunca había sentido su corazón. Recuerdos que le llenaban por fin los ojos de lágrimas, cuidados que solo el podía disfrutar de su madre, miles de retazos de conversaciones que cambiaron su vida, todo lo que veía ante si era desesperación y contradicción.

Sin pensarlo, comenzó a correr, cada vez más rápido y angustiado, sin dirección y sin saber a donde ir, agotando sus fuerzas como si quisiera llegar al fin del mundo y dar muerte a su esencia. La ira crecía en su interior y cuando quiso darse cuenta, se encontraba frente al viejo olivo rebosante de color.

Cerrando los puños y mirando al cielo emitió su única pregunta, “por qué”, pero fue el grito más aterrador, el más fuerte, de su voz emanaba una energía que desconocía y ampliaba su angustia a todo el universo. Todos los seres de la tierra por unos segundos permanecieron quietos al escuchar aquel lamento, todos comenzaron a observar algo maravilloso.

La luna comenzaba a perfilarse lentamente ante sus ojos, poco a poco iba dejando un rastro de luz en la tierra, a medida que bañaba con su dulce luz, los campos florecían, los ríos cobraban vida, los animales se atrevían a salir para observar el espectáculo.

También este cambio empezó a devolver los sueños, el amor, la creatividad, la imaginación, las sonrisas… todo, y comenzó a brillar su marca cerca del hombro, se quedó observándola un rato y por fin lo supo.


Supo quien era y lo que debía hacer, cerró los ojos, se concentró como nunca lo había echo y trató de imaginar, comenzó a perfilar en su mente curvas, figuras que se entremezclaban e iban dando forma a la belleza, perfilando, coloreando, dando profundidad. Primero una mano, los ojos, una nariz, los brazos largos y finos, las caderas, los pechos, y así hasta tener en mente a su madre.

Abrió los ojos y allí estaba con los brazos abiertos de par en par y lágrimas en los ojos, se abrazaron y lloraron largo tiempo, su madre solamente le dijo:

- Por fin sabes lo que eres
- ¿Por qué te dejaste morir?
- Porque solamente cuando vives con el dolor, amas con verdadero sentido, sino hubiera muerto nunca hubieras desarrollado tu energía. Siempre tuve fe en que lo conseguirías y hasta la muerte te acompañé, por la madre tierra y por nosotros.
- Gracias- le contestó- pero ahora tengo que hacer algo…

Cerró los ojos… e imaginó un mundo maravilloso.


Capítulo 2: La imprenta, los Hornbooks y los Chapbooks

Capítulo 2: La imprenta, los Hornbooks y los Chapbooks

Johann Gutenberg, tras largos años de trabajo en su proyecto, inventó la imprenta (1456) a partir del modelo tradicional de China.
Esta máquina se fue extendiendo progresivamente por todo el mundo, sin embargo la imprenta todavía tardaría varios años en ser objeto de uso masivo para la producción de libros infantiles.

En esta época se veía claramente la diferencia que existía entre los niños de la nobleza y los niños del pueblo, puesto que la cultura estaba restringida solamente para las capas mas elevadas de la sociedad.

Para los pequeños príncipes, llamados delfines, se redactaron tratados de moral, de urbanidad, de política y filosofía, con el fin de preservar la ideología de clase dominante. También existían algunos tratados religiosos como “Florecillas de San Francisco” donde se mostraba la vida ejemplar del santo y sus milagros, apareció de forma anónima en Italia a finales del S.XIV.

Todos estos tratados de moral coexistían con la literatura oral extendida sobre todo en las capas más humildes de la sociedad.

- En el norte de Europa se escuchaban las sagas nórdicas llenas de aventuras y fantasía.
- En la península Ibérica, se oían relatos de navegantes y crónicas del Nuevo Mundo donde se hablaban de maravillas, curiosidades y rarezas.
- En el mundo anglosajón, las leyendas del Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda, donde se hablaba de héroes capaces de ganar una pelea o una batalla en las condiciones más adversas.


Fue en Inglaterra donde William Caxton tradujo y publicó en 1484 las Fábulas de Esopo junto con unos grabados de madera.
También publicó:

- Libros de caballería
- Hornbooks: cartillas pedagógicas donde en una hoja y protegidos por una lámina transparente, mostraban los números o el alfabeto.
- Chapbooks: libros de bajo coste y editados sin demasiado encanto, reproducían algún cuento, romance o balada.

Este tipo de formato tuvo su momento álgido en el S.XVII y los encargados de extender estas obras fueron los buhoneros y vendedores ambulantes que viajaban de aldea en aldea. Estas obras eran rechazadas por religiosos y educadores que preferían las lecturas de santos. Esta ola de puritanismo llevó a multiplicar las obras moralistas.

Búscate otro lugar

Joan es un chico normal de diecisiete años que como todos los viernes, sale de su casa a las once y media de la noche para quedar a tomarse una cerveza con sus amigos. Ropa elegante dado que esa noche iba a venir una amiga de su compañera de clase Marta, toda una mujer a los ojos de Joan que por primera vez ha decidido donar su corazón sin pedir nada a cambio.
Camisa de moda, pantalones vaqueros, zapatos negros con algo de suela y el dulce aroma de su colonia preferida formaban el elenco exterior de su fachada, solo el destino podía provocar con tanto acierto lo que iba a acontecerse en pocos segundos.

Saliendo del ascensor se dirigió a la puerta de la entrada de la finca, asió la manivela, empujó hacia abajo y al abrir se dio de narices con un señor... Hay que decir que poco quedaba de señor en la persona que con ademán frágil y mirada perdida daba su primer paso en dirección al rellano de la finca, rápidamente Joan, con la palabra "perdón" en la boca, volvió a dejar la puerta en su estado inicial, cerrada y sin llave... No cabe decir que pese a sus quince años, poseía más fuerza que un pobre y anoréxico hombre de pelo ralo y expresión vagabunda.

- No vengo a robar si es lo que piensas
- No necesito que me den sermones, lo que vengas a hacer no me importa pero si has pensado que... (De repente una voz débil y triste le cortó)
- Me muero de frío, mis piernas me fallan y necesito calentarme, déjame entrar por favor.
- Mejor será que te largues si no quieres que llame a la policía, hazme caso, “búscate otro lugar".

Y con estas palabras se alejó con la mente enturbiada por la tensión del momento y sobre todo por la satisfacción de haber echo lo correcto.
Comenzó a barajar las posibilidades de que hubiera pasado si hubiera entrado. Tal vez solo quisiera dormir, pero a la mañana siguiente daría un susto a los vecinos, es mas, seguramente se enfadarían con el y acabaría por pasar las tardes en casa con los libros de texto... tal vez solo quisiera calentarse y volver a las andadas en su camino errante y nómada, siguiendo la línea en espiral de su agonía...

Al encontrarse con sus amigos ya estaba su gran amor, los problemas desaparecieron, una sonrisa inocente se perfiló en sus labios y comenzó a saludar a todos hasta llegar junto a ella, una mirada fugaz fue suficiente para sentirse conmovido en su interior. La noche fue transcurriendo según lo previsto, se comentan los sucesos de mayor interés de la semana, Laura ha empezado a salir con Julián y ya empiezan con mal pie, el examen del próximo martes nadie lo lleva bien, deciden hacer una fiesta el fin de semana próximo en casa de un conocido... poco a poco se van tocando temas diversos, los chicos con el fútbol y las mujeres y las chicas solucionando roces que habían surgido entre ellas... y en medio del caos, dos miradas ajenas y sinceras, explorándose mutuamente y descubriendo un mundo nuevo que está por llegar.

Tras una noche estupenda Joan no podía despertar de otro modo, su sonrisa lo decía todo y la familia se hacía señas con miradas cómplices, "está enamorado", se decían los padres en secreto. Se prepara un café con leche, se sienta en la mesa de la cocina y se pone a mirar a todas partes, como siempre hace cuando está solo en su casa. De repente, una imagen le llama la atención, una foto, en el periódico, que raro...

Se acercó con cautela a la hoja donde se mostraba un texto adjunto a la foto: "Vicente Pla Domingo, nacido el 21 de febrero de 1965, falleció anoche a causa del frío en las inmediaciones del barrio de Zaidia a las 2 de la madrugada. Marche en paz al lugar que bien merecía, quienes no cesaron en buscarte durante este ultimo año te dicen adiós con la mano y el corazón. Guárdanos un lugar junto a ti allá donde estés. Tu familia"

Pocas veces en su vida se había quedado sin palabras, pero la imagen y el texto lo habían conseguido, recordó una escena reciente en el patio de su casa, y allí, rodeado de elementos de cocina y el periódico bailando en sus manos se preguntó... ¿He hecho lo correcto?

Capítulo 1: Los mitos y los cuentos populares

Si empezara a explicar la evolución de los cuentos a partir de la aparición del libro, estaría dejando de lado una interesante parte de la historia, es decir, para poder hacer un sincero análisis, debemos remontarnos a los tiempos donde las historias se transmitían por medio de la tradición oral. Ello parece razonable dado que los primeros contactos de los niños con los cuentos se dan a través de la palabra.

Desde hace miles de años, la humanidad ha usado la palabra como vehiculo para transmitir historias, con el fin de buscar una explicación al sentido de su existencia y la relación con la naturaleza.

De esta forma fue como surgieron los mitos. Un mito posee una serie de características:

- Cuenta la actuación de personajes memorables para explicar el mundo.
- Da una historia del origen de las divinidades (Teogonía).
- Da sentido a algunas instituciones y el más allá.

Es por estas características que los mitos han perdurado en el tiempo, el ser humano siempre se ha realizado de forma individual preguntas existenciales. ¿Para que he venido al mundo? ¿Existe algo después de la muerte? ¿Por qué somos lo que somos?

Estas preguntas que todos nos realizamos en algún momento, fueron las que propiciaron que los mitos no se perdieran en el tiempo, transmitidos oralmente de un padre a un hijo, escuchados por famosos recitadores, rapsodas y poetas, la propia curiosidad humana los mantuvo como parte de su elenco cultural a lo largo de la historia, siendo recopilados con el tiempo en escritos.

Pero en el paso de la transmisión de un padre o abuelo a un niño, la narración resumida y reducida, seleccionando aspectos más interesantes para los jóvenes, fue lo que dio lugar a lo que comúnmente se le conoce bajo en nombre de “Cuentos populares”.

En esta versión reducida de los mitos, se perdían los elementos religiosos así como se potenciaban la acción y las aventuras. Los personajes dejan de ser aquellos héroes con poderes sobrehumanos sino personas casi reales, con quien uno se puede identificar, y narrados por gente común.

Incluían mensajes profundos sobre la vida y el comportamiento, predominando el triunfo de lo pequeño, del más débil, utilizando una gran variedad de temas: anecdóticos, burlescos, maravillosos, fábulas, leyendas, hechos sobrenaturales y reales.

Los más antiguos vienen de Egipto y la India (cinco siglos antes de la era cristiana). Cuentos morales, parábolas denominadas “jakatas”, refranes, leyendas y máximas orientales. Se expandieron por todo Oriente y llegaron a Grecia, donde un fabulista llamado Esopo (S.VI a.de C.) los difundió. Esta expansión de los cuentos fue pasando por los países árabes hasta llegar a España. En la Edad Media, gracias a los peregrinos y a las cruzadas se extendieron por todo el mundo.

Aun no podemos decir que existiera una literatura puramente infantil, pero puesto que en aquellos años los niños de cinco años se consideraban adultos, se cree que participaban en todas las actividades sociales, entre ellas, la transmisión de todo ese elenco cultural conocido como la tradición oral.

Tu, que piensas...

Tu, que piensas...

 Poco le costó encontrar entre las calles del barrio del Carmen, al elemento imprescindible de su duda. Quería seleccionar, según el, la persona más idónea para su pregunta existencial, buscaba con los ojos y fijándose en los rostros iba localizando poco a poco aquel merecedor de su proyecto. Rodeado de podredumbre, con aquel castillo de cartones, junto a la basura que acostumbra a estar siempre al acecho del más desaliñado, metido entre tristes y húmedas mantas, se encontraba Cristian.
Más conocido como “el Cristo” por su barba larga y rizada y su expresión siempre amable y cordial con los compañeros de barrio, se ganaba la vida pintando con unos cuantos colores que un día tuvo la suerte de encontrar tirados en el suelo.
En cuanto se plantó junto a él, se encendió un cigarrillo y sin mirarle si quiera a la cara, ardiendo como fuego de las fallas, le dedicó estas palabras…
- “Disculpe, pero le he estado observando cierto tiempo, todos los días a la misma hora y nunca lo he visto hacer más que esos dibujos que nadie compra. Veo como se mofan de usted por la calle y pese a ello les dedica su más dulce sonrisa, los barrenderos le tratan con respeto el tiempo justo para recoger la suciedad que hay a su alrededor para después mirarle como si quisieran meterlo entre sus bolsas negras, todos los elementos de la calle a excepción de los animales desconfían de ustedes, amos de la calle y de la pobreza. Dígame, ¿Cómo es posible ser feliz en este mundo donde los enemigos son aquellos que le alimentan?, vengo a ofrecerle mi casa a cambio de que aprenda un oficio, no es por caridad sino por amor a la vida. ¿se vendría conmigo esta misma tarde?”
Ante la ausencia de respuesta, tras quedarse un buen rato mirándolo pensó, “lo sabía”, dando media vuelta desapareció. A veces, solucionar una pregunta sin comprender que ha surgido otra, puede disfrazar el sepulcro en silencio…

Compromiso

"No voy a descubrir el mundo
sino mi mundo....

no pienso verter mi rabia sin razón,
sino evocar mi furia...

no voy a comprarte tus ojos,
solo pondré ante ti un espejo...

que lancen dagas contra mi piel,
yo solo me basto para arrancarlas y mirarte a la cara...

pero no olvides que buscaré el modo,
de hacer de ti mi compañer@..."